Sala de Prensa

1 mayo, 2017

«Locos por ligarse a una ‘startup’: el nuevo reto de los despachos», noticia publicada en El Confidencial con la opinión de Alejandro Touriño, socio director de ECIJA.

En el ecosistema de las ‘startupscada vez hay más trajes y corbatas. De un tiempo a esta parte, despachos grandes, medianos y pequeños han puesto sus ojos en estos proyectos tecnológicos que necesitan un empujón —legal y/o financiero— para poder despegar. El mercado se mueve y nadie quiere perder la oportunidad de apadrinar el próximo ‘pelotazo’.

¿Cómo funciona el negocio? Generalmente, las firmas ofrecen a las tecnológicas asesoramiento legal y, en algunos casos, intermediación con potenciales inversores. “Cuando tratas con ‘startups’, lo más importante es entender su modelo de negocio, saber qué quieren hacer a medio y largo plazo”, explica a este diario Luis Gosálbez, socio de Metricson, una ‘boutique’ especializada en negocios tecnológicos y de internet.

Alejandro Touriño, socio director de Écija, identifica seis agentes presentes en este negocio: emprendedores, ‘startups’ consolidadas, firmas de ‘venture capital’, ‘business angels’ y las aceleradoras/incubadoras. “En todos los casos, es siempre necesario el trabajo de un abogado”, explica a este diario.

Generalmente, los despachos ofrecen a las tecnológicas asesoramiento legal y, en algunos casos, intermediación con potenciales inversores

Estas dos firmas son solo la punta del iceberg de una larga lista en la que se incluyen bufetes de renombre como Uría, Garrigues o Cuatrecasas, y en la que las ‘big four’ también se abren paso. En mayor o menor medida, las firmas legales están haciendo incursiones en este sector, muchas veces alejado de su tradicional ‘core business’.

Hasta la fecha, el ejemplo más destacado es Cuatrecasas Acelera, una aceleradora nacida el año pasado de la mano de Telefónica para impulsar el ‘legaltech’. Está pensada para pequeñas empresas ya en marcha que busquen consolidar su negocio o bien innovar en sus líneas de negocio. A finales de marzo, el bufete concluyó la primera edición con la participación de una decena de proyectos.

A la hora de ponerse a trabajar, Gosálbez explica que algunas firmas optan por entrar en el accionariado de las ‘startups’ para las que trabajan a cambio de una reducción en la factura. “Particularmente, nosotros creemos que es algo que puede generar conflictos de intereses”, indica. Una vez que las empresas están ‘maduras’, el despacho se desprende de su participación para obtener un beneficio.

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Alejandro Touriño