«Hacktivismo y ética hacker – ¿Desobediencia civil electrónica o ciberdelincuencia?», artículo de Cristina Carrascosa, abogada de ECIJA, para The Law Clinic.
Si atendemos al significado de la palabra “hacker” en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua, aparece “pirata informático[1]”.
Si acudimos al origen histórico del término, tenemos que retroceder a 1959 en el Massachusets Institute of Technology, más conocido como MIT para descubrir que el Hacker hacía referencia a toda persona que trabaja con pasión y entusiasmo como lo hacían los programadores allí, demostrando que eran capaces de hacer programas más eficaces y rápidos.
La llamada ética Hacker nace precisamente de ese espíritu de superación e innovación que comparten estos Hackers, con la libertad como valor primordial, y el conocimiento como motor principal de la actividad productiva en comunidad[2]. El primero en exponerlo, el periodista Steven Levy, en su libro publicado en 1984 “Hackers: Heroes of the Computer Revolution”, recoge los 6 pilares fundamentales de la ética Hacker:
- Acceso a los ordenadores y todo aquello que pueda enseñarte alguna cosa sobre cómo funciona el mundo debe ser ilimitado y total.
- Toda la información debería ser libre
- No creas a la autoridad. Promueve la descentralización.
- Los hackers deberían ser juzgados por su hacking, sin importar títulos, edad, raza o posición.
- Puedes crear arte y belleza con un ordenador.
- Los ordenadores pueden cambiar tu vida a mejor.
Vistos así, hay poco que objetar a los valores de la ética Hacker, sin perjuicio de que cualquier sistema de valores, llevada al extremo, es peligroso y poco adecuado.
Ahora bien, existe una extendida creencia de que el Hacktivismo y la ética Hacker están muy relacionados con la ciberdelincuencia (si es que no son exactamente lo mismo, dicen algunos). Y lo cierto es que, en sus estrictos términos, no pueden ser más diferentes.
El Hacktivismo, por un lado, nace con el Cult of the Dead Cow, un grupo de Hackers que utilizó sus conocimientos informáticos con fines políticos o sociales. Omega, uno de sus integrantes, definió en 1996 lo que hacían de la siguiente manera “si hackear es entrar ilegalmente en una computadora, hacktivismo podría definirse como el uso de herramientas digitales legales o ilegales con fines políticos”. Un uso no violento, eso sí.
No debe por ello confundirse al Hacktivista ni con el White Hat[3], ni con el Grey Hat[4] ni tampoco con el Black Hat[5] de forma automática pues de la misma forma que en el mundo analógico no debería generalizarse, tampoco en el digital.
Lo que si es cierto es que el Hacktivismo ha resurgido con fuerza desde que en el año 2013 Edward Snowden revelase las campañas de espionaje permanente que realizaban determinados países sobre sus propios ciudadanos. En ese momento, un movimiento social formado por Hackers, con presencia en redes (muchos de ellos, en el foro 4chan) con considerables habilidades, se erigió como un grupo relativamente ordenado, en defensa de determinados derechos. En especial, de la libertad y la privacidad.
Dado que el ánimo del presente artículo es estrictamente reflejar los valores del Hacktivismo, para despejar la asunción frecuente que se realiza entre ello y la ciberdelincuencia, no se citarán ejemplos que puedan suscitar dudas, como sería el caso del Hacktivismo que lleva a cabo Anonymous.
Si podemos, no obstante, citar como ejemplo a la organización CryptoParty[6]. Bajo el lema “Party like it’s December 31st, 1983![7]” representan un grupo descentralizado de Hacktivistas nacido a raíz de la promulgación de una Ley australiana[8] que penalizaba herramientas como el hacking o la encriptación y que sus integrantes consideraron abusiva por no poder considerar que esas herramientas fuesen susceptibles de constituir actuaciones criminales.
En consecuencia, se dedican a organizar foros (off line), en los que enseñan a todo aquel que desee asistir, a utilizar herramientas encaminadas a asegurar la propia seguridad informática, a través de talleres de aprendizaje como el de uso de la Red Tor o determinados sistemas de encriptación de comunicaciones. Todo, con el objetivo de que los ciudadanos se conviertan en hackers capaces de proteger sus datos en la Red.
Aunque es difícil desprender a todos estos nuevos términos relacionados con la tecnología, de la confusión y los prejuicios que los rodean, lo cierto es que el mal uso del Hacktivismo si puede llegar a constituir un acto de ciberdelincuencia, pero su espíritu está llamado a ser el de la “desobediencia civil electrónica”, por lo que no distinguirlos resulta tan peligroso como no distinguir el bien, del mal.
[1] http://dle.rae.es/?id=JxlUKkm
[2] “La catedral y el bazar”, Erick S. Raymond o “La ética hacker y el espíritu de la era de la información”, Pekka Himanen.
[3] Aquel Hacker que irrumpe en los sistemas de seguridad ajenos de forma altruista, o como mínimo, sin intención maliciosa.
[4] Aquel Hacker que en ocasiones actúa ilegalmente, pero con buenas intenciones.
[5] Aquel Hacker que busca la forma de entrar o romper un sistema de seguridad para beneficio propio, ya sea para robar, o vender información, entre otros.
[6] https://www.cryptoparty.in/
[7] En referencia al libro de George Orwell, “1984”.
[8] Cybercrime Legislation Amendment Bill.