Este artículo fue publicado en Expansión.
El 12 de febrero, la empresa organizadora del Mobile World Congress, GSMA, hacía pública su decisión de suspender este año el emblemático congreso, después de que algunos de los exhibidores más importantes del sector mostrasen su intención de no asistir al evento.
Tras el anuncio de cancelación, multitud de empresas afectadas han comenzado a estudiar sus opciones legales para recuperar las pérdidas sufridas. No obstante, la empresa organizadora se ha anticipado, saliendo al paso de las futuras reclamaciones, negando toda responsabilidad por tratarse de una situación de «fuerza mayor».
Los máximos responsables de GSMA han explicado que la decisión de cancelar el MWC responde a motivos de salud pública y seguridad, por la alerta internacional del coronavirus, recalcando que «no es una cuestión de dinero». Seguramente no opinan lo mismo las empresas afectadas, para las que puede suponer pérdidas que van desde 50.000 hasta 2 millones de euros. Este acontecimiento sin precedentes plantea serias incógnitas: ¿se hará cargo GSMA de los daños causados? ¿Qué consecuencias tiene una cancelación por fuerza mayor? ¿Pueden las sociedades afectadas reclamar? ¿Contra quién y cómo?
En general, los exhibidores afectados podrían reclamar no sólo la devolución del precio pagado a GSMA por asistir al evento, sino también todos los gastos asociados de organización y logística (desplazamientos de empleados, alojamiento, etc.). Además, pueden producirse una serie de «demandas en cascada», pues aquellas empresas contratadas para prestar estos servicios durante el MWC (hoteles, transporte, cátering o azafatas) sin duda exigirán el cumplimiento total de sus contratos o incluso, según el caso, el lucro cesante, es decir, los beneficios previstos y dejados de obtener a causa de la cancelación, lo que tendrán que reclamar no necesariamente a GSMA, sino a quien las haya contratado.
Lo habitual, cuando se produce un acontecimiento que obliga a cancelar un evento de estas características, es que sean las aseguradoras las que se hagan cargo de las indemnizaciones. En el caso del MWC, la mayor parte de los contratos prevén la existencia de una póliza que cubre la cancelación del evento a causa, por ejemplo, de incendios, actos terroristas o desastres naturales. Sin embargo, lo que ha hecho saltar todas las alarmas es que las emergencias sanitarias están expresamente excluidas en este tipo de pólizas. Por tanto, las aseguradoras podrían rechazar hacerse cargo de los daños generados por la cancelación del MWC.
Es aquí donde cobra protagonismo la posición de GSMA, que insiste en la existencia de una situación de «fuerza mayor»: la alerta sanitara global. Pero, ¿es realmente el coronavirus un caso de fuerza mayor?
La cláusula de fuerza mayor es común en los contratos de grandes eventos y establece que el organizador no se hace responsable en caso de cancelación debida a sucesos imprevisibles y fuera de su control que hagan imposible su celebración. En España, se encuentra recogida en el artículo 1.105 del Código Civil («nadie responderá de aquellos sucesos que no hubieran podido preverse, o que, previstos, fueran inevitables.») y existe también en la mayoría de los ordenamientos jurídicos. Por tanto, al aludir a una situación de fuerza mayor, desde GSMA se está indicando que la organización no se hará responsable por los daños causados.
¿En qué situación deja esto a las empresas afectadas? Dependerá, en gran medida, de las consecuencias previstas en cada contrato para los casos de fuerza mayor, desde la limitación de las indemnizaciones hasta la eliminación total de la responsabilidad de la organización.
Aunque GSMA intente limitar sus responsabilidades, lo cierto es que es muy dudoso que nos hallemos ante un caso de fuerza mayor, dado que las autoridades aseguran que no existe tal alerta sanitaria en España, como lo han reiterado, entre otros, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, o la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo. De hecho, la propia organización del MWC defendía hasta hace poco que no había motivos para cancelar el evento.
La celebración de otros encuentros similares, como el Integrated Systems Europe, que ha transcurrido en Ámsterdam sin incidentes y al que han acudido muchas de las empresas que han cancelado su asistencia al MWC, refuerza la idea de que no existe la emergencia sanitaria alegada por GSMA y, por tanto, no se da una causa de fuerza mayor.
Las consecuencias económicas dependerán siempre de lo pactado, por lo que es imprescindible la revisión del contrato por un experto para establecer la mejor estrategia jurídica de cara a una posible reclamación por daños y perjuicios.