La retina, la cara, las huellas dactilares y hasta la nueva identidad digital europea son el futuro y el presente de la autenticación, sustituyendo a complejos y engorrosos procesos de recordar contraseñas, dibujar formas geométricas incomprensibles o preguntas sobre tu primera mascota o el año en que nos casamos.
Y es que el uso de la biometría se ha disparado en el mundo tras la llegada de la pandemia y la aceleración de la digitalización. La relación de las empresas con sus clientes cada vez pasa más por la tecnología y en ella la seguridad de los procesos de autenticación es cada vez mayor.
En este sentido, el caso español es peculiar ya que cuenta con empresas punteras y desarrollos desde hace muchos años, pero sin una gran implantación en los usuarios. Una población poco digitalizada sumada a trabas regulatorias y una escasa apuesta de las pequeñas y medianas empresas han frenado este desarrollo.
Sin embargo, los expertos reunidos en el foro “Biometría para reforzar la seguridad y customer experience (CX) en los procesos de autenticación de clientes y evitar el fraude: la seguridad en los procesos de identificación”, organizado por EL ESPAÑOL, Invertia y Nuance, creen que España está en una posición privilegiada para liderar este despegue postpandemia.
Marco Piña, director de Nuance Communications para la región del Sur de Europa cree que la clave está en que las compañías comienzan a confiar en la biometría. «En Nuance llevamos más de 20 años trabajando en soluciones de seguridad y biometría. En 2017 las consultoras ya vaticinaron este hecho y ponían un horizonte a cinco años máximo».
«Y hoy en 2021 parece que las compañías españolas ya miran a estas soluciones como algo completamente necesario para garantizar servicios seguros. Ya no es solo un problema de entidades financieras, es un problema de todos los sectores incluyendo sector público», indica.
Para Gorka Díaz, CISO corporativo de Caixabank uno de los pilares de esta estrategia es la experiencia del cliente. «CaixaBank ha decidido liderar la innovación tecnológica y transformación digital del sector con el único objetivo de servir mejor a nuestros clientes proporcionando una experiencia mejorada, más fluida y segura. Algunos ejemplos son nuestra apuesta pionera en el mundo hace tres años por la tecnología de reconocimiento facial para la retirada de efectivo en cajeros sin la necesidad de introducir el PIN, o el proceso de alta digital desde casa con una foto del DNI y un «selfie».
Una opinión que comparte Rames Sarwat, director de ventas de cloud para mercados internacionales de Telefónica Tech, aunque advierte que cuidar su seguridad es fundamental. «La biometría existe desde hace mucho tiempo, la utilizamos para reconocer a otras personas».
«Los algoritmos biométricos se han popularizado por el auge de los dispositivos móviles y gracias a la inteligencia artificial les permite aprender y mejorar su ratio de acierto. Los datos que se recogen para los algoritmos biométricos son datos personales que en caso de ser robados no pueden cambiarse, por ello es tan importante custodiar con mayores medidas de seguridad estos datos».
Para Gorka Díaz todo este desarrollo está enmarcado en un exigente -a la par que necesario- esquema regulatorio que otorga todas las garantías y tranquilidad en cuanto a la protección y tratamiento de los datos. «Nuestro más alto compromiso es la protección de los datos al entender que son propiedad exclusiva de nuestros clientes, ellos deben tener el control de los mismos en todo momento, y su tratamiento cumple estrictamente con la finalidad para la cual ellos nos han autorizado de forma explícita».
Rames Sarwat agrega a esto que la seguridad de la identidad se basa en varios factores entre los que se encuentra la biometría. «Cada factor nos protege de un riesgo diferente y juntos obtenemos un nivel de seguridad superior como sucede en los automóviles donde disponemos de medidas como el cinturón de seguridad, el ABS, el Airbag, etc…»
«La tendencia actual es hacia una identidad descentralizada, donde no hay almacenes centrales de datos biométricos sino que se mantienen bajo el control de cada persona. Es la identidad soberana. En Telefonica Tech trabajamos para ayudar a las empresas a transformarse digitalmente y mantenerse seguras aportando sus capacidades de consultoría, integración e innovación», concluye.
Unas medidas de seguridad que parecen hacer que las empresas y personas comiencen a confiar en la biometría. Según Marco Piña en 2017 150 millones de personas usaban tecnología biométrica de Nuance, hoy más de 650 millones. «Esto supone miles de millones de transacciones seguras al año y miles de millones de euros evitados en fraude».
¿Y la regulación? Para Alonso Hurtado, socio de las áreas de IT, Risk & Compliance y Ciberseguridad de ECIJA, los supervisores deben estar a la altura de los nuevos desafíos digitales. «Es necesario que la industria y los reguladores se sienten a dialogar con el fin de lograr una regulación que lejos de prohibir el uso de la biometría, permita su utilización responsable y segura. La evolución no se encuentra en la prohibición, sino en la regulación.»
«Que decidan los usuarios si quieren o no utilizar biometría en sus transacciones, pero no consideremos que los usuarios no están capacitados para poder tomar este tipo de decisiones», concluye.