Sala de Prensa

1 marzo, 2022

El imparable auge de un mundo sin ley llamado metaverso

Reportaje publicado en Expansión con la opinión de Carlos Rivadulla, Manager de ECIJA.

Como ya ocurrió con Internet, y ha sucedido con la mayoría de los avances tecnológicos, este nuevo ecosistema virtual se ha desarrolla sin un marco regulatorio, aunque resulta evidente pensar que éste será necesario.

El metaverso, como toda innovación o cambio tecnológico, pone sobre la mesa la necesidad de replantear los conflictos de la economía digital, el open source y los problemas legales que genera la interconexión de Internet, pero elevados a otro universo.

Por esa razón, los expertos advierten de que es necesario estar preparados para reaccionar a los avances que se produzcan en la creación y consolidación de este lugar. Uno de los primeros asuntos que hay que resolver es si en este espacio virtual se podrían aplicar las normas existentes y en vigor sobre asuntos como la propiedad y titularidad de activos intangibles, derecho de la competencia, privacidad, protección de datos, seguridad, y un largo etcétera, o si, por el contrario, habría que adaptarlas o crear nuevas para regular esta flamante realidad digital.

«El metaverso, como hizo Internet en su momento, tiene la capacidad potencial de transformarlo todo; nuestra economía, el trabajo o las relaciones sociales. Por lo tanto, no cabe duda de que todas las ramas de nuestro ordenamiento jurídico, en mayor o menor medida, podrían verse afectadas y necesitará cambios y adaptaciones», explica Carlos Rivadulla, socio de Ecija.

De hecho, algunos de esos cambios podrían ser de gran calado y necesarios para abordar y regular la nueva realidad, así como negocios o conflictos inéditos que surgirán a medida que el metaverso se convierta en un espacio común para todo el público.

Tecnología para todos

Todavía existen muchas dudas sobre cómo se va a consolidar el metaverso y que muchas cuestiones que contestar. ¿Cómo se regularán las creaciones de los participantes? ¿El ecosistema será libre y fuente abierta? ¿Quién se encargará de proteger el este espacio común? Éstas y otras cuestiones son las que trata de responder la guía Metaverso: una primera aproximación jurídico y algunas cuestiones por resolver, que ha elaborado el departamento de tecnología, medios y telecomunicaciones (TMT) de Ecija.

Uno de los primeros asuntos que los abogados especializados tratan de aclarar es cómo se debería proteger y potenciar un metaverso común, de fuente abierta, en el que puedan interconectar otros metaversos. En un escenario en el que la tecnología que hiciese posible ese espacio estuviera al alcance de todos, implicaría un mayor acceso y, por tanto, un apoyo a su desarrollo. El reto en este supuesto consistiría en encontrar un equilibrio entre el derecho de los desarrolladores a recuperar su inversión y el beneficio que tal apertura supondría para la sociedad.

En sentido contrario, es incuestionable que, si el control o propiedad del metaverso recayera en una sola compañía o en un número reducido de empresas, ello no favorecería la competencia, sino que podría dificultar que pequeños desarrolladores u organizaciones participen en este universo virtual.

Otro aspecto que genera dudas entre los expertos es si sería adecuado que cada desarrollador se encargue de la seguridad de su parcela o si, como parece más probable, sea conveniente establecer una defensa común, tal y como ocurre con la Corporación de Internet para la Asignación de Nombres y Números (Icann, por sus siglas en inglés) entidad dedicada a que Internet sea segura, estable e interoperativa en cuanto al sistema de nombres de dominio.

Privacidad y seguridad

Quizá uno de los temas que antes habría que resolver en este complejo universo es cómo se va a lidiar con la privacidad y la seguridad de los usuarios, sólo con un marco adecuado gozará de las garantías adecuadas y podrá desarrollarse como ese segundo mundo que busca alcanzar.

En este apartado, hay que destacar que uno de los problemas existentes es que la monitorización resultaría mucho más sencilla que en el entorno físico, ya que, al estar la información alojada en servidores, el proveedor podría rastrear todo lo que hace el usuario, así como los datos que genera y comparte.

Además, señalan los letrados de Ecija, si los datos obtenidos a través de un dispositivo móvil pueden ser sensibles, los recogidos con un casco de realidad virtual (VR), sensores y todos los elementos que formarán parte del acceso al metaverso lo será aún más, tanto por la cantidad de datos que reúnen, como por la especial protección de los mismos, al ser una constante fuente de datos biométricos.

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