Profesionales de ECIJA son destacados en la Guía Legaltech de Derecho Práctico.
Alejandro Touriño, socio director de ECIJA, destaca: «El sector legal se enfrenta posiblemente a uno de sus mayores retos de su historia, ser capaz de adaptarse a la vorágine digital que vivimos. La aparición de la tecnología en el sector bajo el paradigma del legaltech y el surgimiento de nuevos agentes en el mercado legal hacen de los próximos años un momento apasionante que ninguno nos querremos perder».
Gonzalo García-Valdecasas, Chief Digital Officer de ECIJA, indica: «Actualmente existen muchísimas soluciones Legaltech interesantes en el mercado que están siendo desarrolladas principalmente por Startups. El desarrollo de estas soluciones tienen un gran recorrido, pero a día de hoy, no son muy interoperables para su integración con los sistemas actuales de los despachos o asesoría internas y no tienen implementadas altas medidas de seguridad de la información, elemento clave en nuestro sector . Es por ello, que algunos despacho están optando por desarrollar internamente sus propias soluciones, con el objetivo de abordar su proceso de digitalización de una manera más rápida y hecha a medida para cada caso. Aún así, estamos ante un sector de mucho recorrido y es necesario que los despachos y asesoría jurídicas internas apuesten por este tipo de soluciones para no dejar de ser competitivas en el mercado a corto plazo».
Blanca de Planchard, abogada de ECIJA, explica: «Podría decirse que el legal tech, lejos de ser una cuestión uniforme, consiste en un concepto amplísimo que engloba un conjunto de vertientes vinculadas al Derecho que se sirven de la tecnología. En este sentido, no es raro asemejar el legal tech a cuestiones tan distintas como la transformación digital, la inteligencia artificial, el blockchain, los smart contracts e incluso el fintech. Parece que a día de hoy cualquier cuestión legal que incluya un matiz tecnológico puede englobarse como legal tech. Lo que sí queda claro es que las herramientas de tecnología legal sirven, entre otras, para automatizar (o digitalizar) procesos manuales o mecánicos y para introducir nuevas capacidades (ej. una gestión documental digitalizada), siendo el resultado a lo que se le suele denominar “legal tech”.
