Navarra Capital recoge la opinión de Arturo del Burgo, socio de ECIJA Pamplona, sobre qué supone realmente el nuevo fenómeno laboral del teletrabajo y qué hacer para no poner en riesgo la seguridad de las compañías.
La irrupción de la pandemia ha obligado a muchas empresas a percibir su importancia y trascendencia casi de un día para otro. Testigo de ello es Arturo del Burgo. “En nuestro caso, estamos trabajando intensamente en la realización de protocolos de implementación de trabajo deslocalizado para empresas”, explica.
¿A qué se refiere y qué se recoge en esos procesos? La mayoría tienen como objetivo proteger legalmente a las empresas que se ven obligadas a dar el paso. Para eso, se regulan aspectos como el uso personal o corporativo que se puede dar a los equipos informáticos con los que cuenta el trabajador en su casa o qué va a ocurrir con los gastos de ADSL o el material de oficina y quién los debe asumir.
También aparecen reflejados otros aspectos laborales, muchas veces olvidados por la distancia y la falta de controles presenciales, como el fichaje o el horario. En definitiva, del Burgo apunta que son herramientas con las que “se trata de evitar los conflictos que esta nueva situación puede originar y que pueden afectar tanto a nivel interno como a terceros”.