Sala de Prensa

27 julio, 2020

El País recoge la opinión de Daniel López, socio de ECIJA.

El pasado 16 de julio, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) dictó una relevante sentencia en la que invalidaba el Privacy Shield (en español, escudo de privacidad), el acuerdo entre Estados Unidos y la UE para regular las transferencias de datos entre ambas jurisdicciones. Los magistrados consideran que el sistema no cumple con las garantías que exige en el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD). El problema, explican, reside en una ley estadounidense que permite a su Gobierno acceder a la información personal que posean las empresas del país en caso de que se vea amenazada la seguridad nacional. Una concesión que, según la resolución, es completamente inadmisible.

Daniel López Carballo, socio de Ecija, apunta otras alternativas para minimizar el peligro de incumplimiento. La primera, pedir una validación de las cláusulas tipo a la autoridad de control “para que certifique que se respetan los mínimos legales”. La segunda es poner en marcha normas corporativas vinculantes, una política interna de privacidad que debe servir para realizar transferencias seguras de información a las sucursales en otros lugares. “Garantiza que, independientemente del país en el que se esté, se cumplen con los mínimos legales”, señala.

SERVIDORES PROPIOS

Si hay algo claro en todo este escenario de incertidumbre en torno a las comunicaciones transoceánicas de información corporativa es que las soluciones alternativas requerirán un esfuerzo extra para las compañías, lo que se traduce, en definitiva, en un mayor coste para las mimas. En esta línea, los expertos consultados señalan un aspecto positivo a medio y largo plazo de este problema. Y es que las dificultades constantes que presentan los intercambios de datos con EE UU pueden llevar a que las compañías europeas dejen de contratar servidores americanos y se decanten por opciones fabricadas dentro del Continente. “Aunque a priori puedan resultar más costosas, la sencillez de los trámites puede hacerlas más rentables”, observa Daniel López.

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