Sala de Prensa

14 diciembre, 2021

Entrevista a Alejandro Touriño, Socio Director de ECIJA: “Creo que hay dos caminos en el proceso de innovación: la imitación o la disrupción”

Alejandro Touriño es socio director de ECIJA, y desde hace más de 15 años ejerce su actividad en el ámbito del derecho tecnológico, la propiedad intelectual, la innovación y el emprendimiento, habiendo sido destacado como uno de los mejores abogados a nivel nacional e internacional en estas materias por Chambers & Partners y Legal500. Asimismo, ha sido elegido por Financial Times entre los diez abogados más innovadores de Europa y por Forbes entre los “100 most creative people in business”. Ha sido galardonado en dos ocasiones con el premio “Top 40 under forty” de Iberian Lawyer.

Alejandro es árbitro de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual y Presidente de la Sección TIC del Ilustre Colegio de Abogados de Madrid. Es profesor universitario en diferentes universidades y escuelas de negocio y Director del Master en Legal Tech en el IE Law School, donde ha dirigido otros programas y ha sido reconocido como profesor destacado en reiteradas ocasiones.

The Technolawgist ha hablado con Alejandro sobre innovación, legal tech y futuro del sector legal.

Para un abogado referente en el ámbito Legal Tech como tú: ¿qué significa innovar en el sector legal?

Para mí innovar es repensar constantemente las cosas. Por supuesto, es aplicar tecnología, pero no solo eso. Existen muchas maneras de innovar al margen de la tecnología, por ejemplo, aproximándose a los clientes o a sus problemas de manera distinta a como lo veníamos haciendo, gestionar los equipos de manera diferente, cambiar las metodologías de trabajo en aras de una mejor producción, asignar el trabajo de manera más adecuada, etc. En definitiva, para mí el proceso de innovación pasa por entender qué no hacemos bien o en qué podemos mejorar y, sobre ello, tratar de buscar la fórmula para poder mejorar. El camino contrario, el de agarrarse a tendencias, suele conducir al error.

¿A qué nivel ves a nuestra jurisdicción en incorporación de inteligencia artificial y automatización en la prestación de servicios legales?

En los últimos tiempos, IA y RPA son dos de los términos más empleados en el sector. Si uno atiende al ruido mediático, puede llegar a pensar que lo importante es apalancarse en esos términos (o en los que estén de moda) y no atender a la necesidad real del cliente, lo cual es un error a mi juicio. Si prestamos atención a las bondades que ambas tecnologías promulgan hay muchos campos de mejora en nuestros procesos diarios en los que la inteligencia artificial y la automatización pueden jugar un papel activo. Sin embargo, hemos de ser conscientes del sector en el que estamos y del momento en que vivimos. Nosotros en el despacho pusimos en marcha una iniciativa hace ya algún tiempo denominada “automation first”, con el objetivo de identificar ineficiencias en los procesos y paliarlas implementando legaltech. La parte de inteligencia artificial tiene un reto más importante a mi juicio. Esta tecnología despliega sus máximos efectos cuando puede gestionar volúmenes grandes de información, pero puede resultar frustrante si el volumen de información es escaso. Por eso funcionan tan bien las recomendaciones de los portales de internet y no tanto los buscadores de jurisprudencia en una jurisdicción de tamaño medio como España.

¿Cuáles son las claves para conseguir una firma legal a la vanguardia en innovación?

Creo que hay dos caminos en el proceso de innovación, la imitación o la disrupción. En la mayor parte de los casos la imitación es suficiente, observar qué ocurre en otras jurisdicciones más sofisticadas o ver qué hacen tus competidores y tratar de adaptar aquellas soluciones, productos o servicios que pueden tener encaje en nuestro entorno. Existe un riesgo de que no funcione, pero ese riesgo es relativamente contenido. Sin embargo, en ocasiones eso no es suficiente y tenemos que pensar en romper el folio en dos y comenzar la partida de nuevo con reglas completamente distintas. Eso es disrupción.

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