«Energía alternativa: Empezamos a tomarnos en serio el coche eléctrico», artículo de Álvaro Queipo de Llano, abogado de ECIJA, para The Law Clinic.
En los últimos tiempos hemos tenido la oportunidad no solamente de leer a cerca de los buenos propósitos por parte de la Unión Europea y de sus estados miembros en materia de energías limpias dentro del sector del transporte terrestre, sino de constatar y disfrutar de muchos de ellos, siendo partícipes de manera activa en el desarrollo de los mismos a través de un gran número de startups que tienen como objetivo en la mayoría de los casos, además de ayudar en la economía familiar de los usuarios, colaborar en la preservación y mantenimiento del medio ambiente, apostando firmemente por el uso del coche eléctrico como sistema alternativo de transporte. Es el caso por ejemplo de empresas como la ya conocida Car2go o Emov, empresa esta última, que a partir de estas navidades, pondrá a disposición de todas aquellas personas que se encuentren en la ciudad de Madrid, hasta quinientos nuevos vehículos eléctricos alimentados a través de baterías de litio, con una autonomía capaz de alcanzar los ciento cincuenta kilómetros.
Las autoridades competentes parecen haberse hecho eco de las críticas vertidas por parte del sector del coche eléctrico, que reclamaban como punto fundamental para poder continuar desarrollando de manera viable este tipo de transporte movido por energías alternativas, más allá del carsharing, el establecimiento de una infraestructura armonizada al respecto, todo ello, con el fin de que las energías limpias sean capaces de alcanzar en el año 2020 una cuota de mercado del 10% del sector del transporte terrestre en España, lo que se traduciría en números reales, en la posibilidad de disfrutar de un parque de vehículos eléctricos que alcance las 150.000 unidades circulando por nuestras calles, y que pasa por introducir de manera constante e inmediata el vehículo eléctrico en los hogares de los españoles, en detrimento de aquellos alimentados por combustibles tradicionales.
En este sentido, El Consejo de Ministros celebrado el pasado 9 de diciembre del presente curso, aprobó el Real Decreto 639/2016 por el que se establece un marco de medidas para la implementación de una infraestructura para los combustibles alternativos, el cual trae causa de la Directiva 2014/94/UE de 22 de octubre de 2014 aprobada por el Parlamento Europeo y el Consejo. A través del mismo, se traspone parcialmente la citada Directiva por la que se pretende asegurar la creación de una infraestructura que garantice el suministro de electricidad, hidrógeno y gas natural en el sector del transporte terrestre.
De la lectura del citado Real Decreto se extrae como hemos apuntado, la ausencia y a la vez acuciante necesidad por parte de la Unión Europea y de sus estados miembros de desarrollar una infraestructura armonizada que facilite la comercialización de vehículos que utilicen energías limpias, de tal manera que no se obstaculice la consecución de los beneficios medioambientales que este tipo de energías suponen en una sociedad tan industrializada como la nuestra, mitigando así, tal y como expresa el artículo primero del Real Decreto, el impacto medioambiental del transporte así como la dependencia actual del petróleo.
Lo que se pretende fundamentalmente, es dotar al sector de aquellos elementos que se consideran imprescindibles para impulsar el desarrollo del coche eléctrico en nuestro país, como son los puntos de repostaje y la información a los usuarios, hasta ahora considerados puntos como débiles al respecto.
De esta manera, a través del citado Real Decreto, se lleva a cabo lo que podríamos interpretar como una liberalización del sector en cuanto a los puntos de recarga pública se refiere, facilitando así la recarga de energía eléctrica haciendo accesibles al público todos los puntos de recarga que existen, sin necesidad de que medie, como había sucedido hasta ahora, un contrato con el comercializador de electricidad o con el gestor de que se tratase.
Como se puede intuir, esto supone un importante avance para la implantación del coche eléctrico en nuestro país, toda vez que los usuarios no se encontrarán tan limitados a la hora de recargar el depósito de sus vehículos, dándoles total libertad para decidir el punto de recarga al que acudir. ¿Se imagina alguien que para los vehículos impulsados por combustibles tradicionales existieran restricciones como las existentes hasta la fecha para el coche eléctrico? Seguramente que no.
Igualmente, con la aprobación del citado Real Decreto se ha pretendido avanzar en la información facilitada a los usuarios, punto a todas luces clave cuando se trata de facilitar el desarrollo e implantación de algo tan novedoso como el coche eléctrico, no ya por lo innovador del tema, si no por lo poco usual que hasta la fecha supone el uso de este tipo de vehículos para las familias españolas, tan acostumbradas a la clásica gasolinera. Así, se hace obligatorio incorporar en el manual de los vehículos toda información relativa al combustible y a los puntos de repostaje, estando estos últimos obligados no solamente a comunicar su ubicación geográfica sino a exhibir una comparativa de los precios unitarios de los combustibles, tanto en sus unidades de medida habituales como en unidades energéticas.
Aunque a simple vista pueda parecer un objetivo muy ambicioso a corto plazo, son este tipo de caminos y no otros, los que permiten a sus ciudadanos continuar apostando por una sociedad cada día más limpia y moderna. En definitiva, sin una carretera bien señalizada, difícilmente se podría conducir en la dirección adecuada.