Cyborgs e IA: retos hacia una nueva realidad
¿Cuántas veces hemos escuchado la frase: “me estoy quedando sin batería”? Seguramente cientos, y no parece que haya nada de extraño en ella, pero ¿acaso nos pasa esto a nosotros o a los dispositivos que utilizamos a diario? Según Neil Harbisson, un artista cyborg, este pensamiento es una señal de la unión psicológica entre la tecnología y nosotros, empezando a perder la diferencia entre ambas cosas. En su caso, al ver todo en escala de grises desde su nacimiento esto le empujó a investigar sobre las frecuencias de colores y ahora tiene una antena implantada en su cabeza, que le hace escuchar esas frecuencias mediante un software, llegando incluso a distinguir los infrarrojos y ultravioleta. Todo ello lleva a la creación de los sentidos artificiales (no inteligencia artificial) como proyectos de futuro. Ahora bien, esto no está exento de dificultades a nivel de bioética, seguridad en caso de hackeo o la aceptación por la propia sociedad.
El desarrollo de IA es otro de los temas que pone en manos de los expertos un inmenso abanico de posibilidades y, al mismo tiempo, preocupaciones. Elon Musk, CEO de Tesla y SpaceX, defiende la postura de integrarnos con la inteligencia artificial para evitar que ésta nos supere en el futuro. Con ese objetivo está desarrollando el proyecto llamado Neuralink, con el que aspira lograr una mejora humana (transhumanismo) a largo plazo. Sin embargo, queda mucho recorrido todavía y por eso entre los objetivos a corto plazo está crear las interfaces cerebro-computadora para ayudar, entre otras cosas, a las personas incapacitadas físcamente a controlar teléfonos, ordenadores, prótesis robóticas y sintetizadores del habla, además de curar el autismo o la pérdida de memoria.
Habrá que esperar para ver si estos proyectos formarán parte de nuestras vidas o quizás simplemente se queden en la ciencia ficción, y no como ya están siendo, por ejemplo, las predicciones con IA en el campo de medicina a través del análisis de radiografías de rayos X para calcular la probabilidad de desarrollar una enfermedad.
Lo cierto es que vivimos en una época de cambios y transformaciones. De una forma u otra, todas estas iniciativas nos van a llevar a que se produzca un mayor desarrollo e impulso en campos como la salud, la medicina, la ciencia y la tecnología, llegando a evolucionar hasta tal punto en el que sea bastante difícil distinguirlos y separarlos. Todo ello sin dejar de tener en cuenta la repercusión que estos hechos tendrán más allá de lo puramente médico, ya que conllevarán cambios regulatorios, legislativos, éticos, de seguridad…
Olena Steblynska
Data Analyst ECIJA Advisory