«Relaciones laborales & TIC: Retos para el futuro legislador», artículo de Erika Moraleja, asociada de ECIJA.
Que las relaciones laborales han cambiado en los últimos años de forma sustancial es un hecho indiscutible, como también lo es la irrupción de las nuevas tecnologías en el mercado laboral.
Asimismo, se prevé que se siga esta senda y que, a corto plazo, el mercado laboral siga adaptándose a un entorno altamente volátil. Por ello, avanzado ya el año 2016, el gran reto del legislador en nuestro país es integrar esta realidad en la normativa vigente que, a día de hoy, se limita a una escueta mención al teletrabajo en el artículo 13 del Estatuto de los Trabajadores vigente.
Así las cosas, parece que los grandes partidos políticos de nuestro país han tomado consciencia, al menos en teoría, de dicha realidad y en sus propuestas para las pasadas elecciones de diciembre de 2015 se incluyeron menciones relevantes en este sentido como por ejemplo:
- Se reconoce el papel de la economía digital como base sostenible del crecimiento económico de nuestro país.
- Se considera la fibra óptica como un facto productivo básico y se incluye como propuesta fomentar el desarrollo de la Red 5G.
- Se reconocen expresamente los innumerables beneficios que supondría la correcta implantación de las nuevas tecnologías en la difícil tarea de conciliar la vida personal y profesional, así como el compromiso de avanzar en esa materia.
En este sentido, todas las propuestas apuestan por la formación previa y adecuada de los empleados en materia de nuevas tecnologías con la finalidad de mejorar su empleabilidad y la productividad de las empresas españolas.
Por otro lado, en relación con la irrupción de las TIC en el ámbito profesional, los partidos políticos han mostrado su interés en uno de los colectivos más vulnerables del mercado: los trabajadores autónomos. No en vano, las cotizaciones efectuadas al RETA distan mucho de adecuarse a la realidad de los ingresos percibidos por su actividad y, en concreto, se encuentra muy alejado todavía de la realidad de muchos ciudadanos que se ven en la obligación de realizar determinadas actividades por cuenta propia con la finalidad de complementar sus ingresos.
En este sentido, varias de las propuestas coinciden en que, en la era de la economía colaborativa, donde hay multitud de personas desarrollando actividades o prestando servicios de forma esporádica, resulta evidente que la normativa en materia de Seguridad Social debería adecuarse a la realidad de los ciudadanos y las necesidades sociales, so pena de resultar inservible, obsoleta y derivar en un incumplimiento generalizado.
En resumen, se puede afirmar que en nuestra actualidad política, junto con las tradicionales preocupaciones (como, por ejemplo, la lucha contra el desempleo o la mejora de la calidad y condiciones de trabajo, etc.), encontramos una nueva área de atención para los partidos políticos, las nuevas tecnologías al servicio de las relaciones laborales, que presumiblemente será determinante en los próximos cuatro años ya que, en todo caso, con independencia de la ideología o el color de cada grupo, evitar o ignorar esta realidad no es una opción.