Hugo Écija: «Un crecimiento rápido no funciona sin unas raíces fuertes», entrevista para Expansión.

Hugo Écija, presidente ejecutivo de Ecija, destaca que asuntos como el cumplimiento normativo y la ciberseguridad son los dos mayores retos que tienen ante sí las empresas.

Crecer, crecer y crecer. Ésta es la meta que se ha marcado Hugo Écija (Madrid, 1971) respecto al bufete que fundó en 1996. Ecija, que nació de la mano de cinco personas, cuenta actualmente con más de 100 letrados, oficinas en Madrid, Barcelona y Santiago de Chile y se ha convertido en el despacho más importante de España en nuevas tecnologías, propiedad industrial e intelectual y protección de datos.

«Estos veinte años han pasado muy rápido y da vértigo ver lo que hemos conseguido en este tiempo. El pasado ha sido bueno y el presente no puede ser mejor. Ahora nuestro objetivo es convertirnos en uno de los cinco bufetes más importantes de España en los próximos cinco años. Para alcanzar ese Top 5 tenemos que incorporar a muchos abogados, ampliar prácticas y abrir oficinas, tanto a nivel nacional como internacional. Por todas estas razones ya estamos hablando con despachos y grupos de profesionales para que se incorporen a Ecija», explica visiblemente ilusionado.

Sin embargo, el presidente ejecutivo deja claro que la progresión no se puede hacer de manera alocada, sino que es esencial mantener los pies en el suelo. «Si no tienes una cultura corporativa y unas raíces fuertes, el crecimiento rápido no sirve. Todo lo que hemos logrado ha sido a base de trabajo y esfuerzo, confiando en nuestros profesionales y dejando que trabajen con independencia y libertad. De hecho, espero que en el futuro mantengamos el ambiente de trabajo, la ilusión y la calidad actual. Realmente, esto es mucho más importante que los números o las posiciones en un ránking».

Écija destaca que el éxito del despacho se ha debido a la apuesta que se hizo por la especialización en un aspecto del derecho, el de las nuevas tecnologías, «que no estaba encima de la mesa» a finales de los años 90. «En su día, tomar esta decisión significó un riesgo. Pero hoy vemos que todas estas herramientas son las que mueven el mundo. El desarrollo normativo alrededor de las tecnologías no tiene límite y afecta a todas las áreas como el derecho laboral, el bancario o el fiscal», añade.

Justamente, el letrado destaca que, actualmente, los mayores quebraderos de cabeza para las compañías, a nivel global, están llegando por los cambios regulatorios en este campo. «El cumplimiento normativo, la aplicación del nuevo Reglamento General de Protección de Datos de la Unión Europea o elcompliance penal son los grandes retos a los que se enfrentan las compañías. Tampoco hay que olvidar la ciberseguridad -un aspecto en el que llevamos asesorando a nuestros clientes desde 2005- que se ha convertido en una prioridad para las empresas y a la que destinan partidas importante de sus presupuestos».

España y la UE

Preguntado por la situación de España y la labor que está realizando la Unión Europea, Écija se muestra positivo y optimista. «La UE está haciendo un gran trabajo legislativo a través de la armonización de las normas. La aproximación de criterios legales es esencial para el desarrollo de cualquier economía de un país o región. Por supuesto, la situación no es perfecta a todos los niveles puesto que, por ejemplo, la Unión Europea sigue sin contar con una armonización en materia fiscal», destaca.

En cuanto a lo que se refiere a España, el letrado señala que, a pesar de la ausencia de Gobierno, la situación es bastante mejor de lo que se puede pensar. «Nuestro país es, ahora mismo, un magnífico país para invertir y donde existen grandes oportunidades. Creo que España es una de las mejores marcas del mundo, pero pecamos de humildad y no somos lo suficientemente activos a la hora de vender nuestras virtudes. La inversión que está llegando al país está siendo buena y tenemos que seguir llamando a los inversores, porque los problemas que pueden existir aquí son mínimos en comparación con los de muchos otros países», concluye.

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