Sala de Prensa

3 mayo, 2022

La otra inmigración

Artículo de Alfredo Moreno, socio de ECIJA en Chile publicado en NexNews.

Señor Director:

Como bien lo dice la nota publicada el viernes en ‘El Mercurio’, existe una demora evidente en la entrega de visas y en una serie de trámites del Servicio Nacional de migraciones. Pero el problema va más allá y se ha extendido en el tiempo en los últimos años.

Desde el mundo de la inversión vemos con mucha preocupación la excesiva burocracia a la que se ve enfrentada una importante masa de trabajadores extranjeros y de la cual el Estado no se ha hecho cargo. Estos son inmigrantes legales, trabajadores que pagan impuestos, cotizan en Chile y se han visto en los últimos años maltratados por el Departamento de Extranjería o Servicio Nacional de migraciones, como se llama ahora. ¿Por qué han de sufrir un maltrato sistemático en sus procesos de ‘renovación de visados’? Y digo renovación, porque están en situación regular en el país, tienen o dan trabajo, pagan impuestos, tienen viviendas arrendadas y sus hijos van al colegio en nuestro país.

Es un verdadero infierno realizar cualquier trámite formal sin cédula de identidad. Decenas de problemas, como pérdida de información, documentos que tardan más de 18 meses en tramitarse, una web que no funciona, solicitudes que se guardan con datos equivocados, certificados de pago de visas acogidas a trámites que no se pueden descargar de la web por semanas y cuando se descargan son con fechas que no son reales y que parecen manejadas al antojo del Servicio Nacional de migraciones.

Esta ‘otra inmigración’ silenciosa no entra por pasos irregulares, no delinque —por el contrario, aporta valor al país— y tiene su vida asentada aquí desde hace años. Son muchas personas de todas las nacionalidades y la mayor parte de ellas con contrato o visas temporarias de profesionales, con arraigo en Chile.

Y que conste para los fundamentalistas que demonizan la inmigración, estoy en desacuerdo con la inmigración ilegal, pero hay otra, la legal, y de esa hay que ocuparse también.

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