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10 febrero, 2025
España

La brújula europea: competitividad y sostenibilidad

Artículo de Víctor Moralo, socio de ECIJA, publicado en Expansión .

El pasado 29 de enero de 2025 la Comisión Europea presentó la «Brújula» para recuperar la competitividad y procurar una prosperidad sostenible, postulando los pilares básicos de su doctrina económica para los próximos cinco años, y que bien puede resumirse en la palabra «competitividad». Esta nueva «Hoja de Ruta» se basa en simplificar, invertir y acelerar un modelo económico tecnológico y descarbonizado.

Se apuesta por adoptar medidas para reducir la brecha de innovación, crear un hábitat para empresas emergentes innovadoras, promover el liderazgo industrial en sectores de alto crecimiento basados en la tecnología. Se pretende promover «Gigafábricas de IA» y que la industria aplique la IA en sectores clave. También se pone el foco en materiales avanzados, la tecnología cuántica, la biotecnología, la robótica y las tecnologías espaciales.

Se pretenden dinamizar y estimular la creación de estas nuevas empresas y su expansión abordando y superando los obstáculos burocráticos que impiden la aparición y expansión de nuevas empresas. Para ello, se propone un régimen jurídico que simplifique las normas aplicables, incluidos los aspectos correspondientes del Derecho de sociedades, las normas sobre insolvencia, la legislación laboral y fiscal, y reducirá el coste de los fracasos empresariales.

En esta hoja de ruta, la competitividad y la sostenibilidad van de la mano, como no podría ser de otra manera. La descarbonización sigue siendo un objetivo imperativo, que se plasmará en el próximo Pacto Industrial Limpio, que pretende que la Unión Europea sea un lugar atractivo para la fabricación y para promover las tecnologías limpias y los nuevos modelos de negocio circulares.

Efectivamente, la Unión Europea no renuncia a ser la sociedad de la economía circular ni del reciclado, toda vez que se aborda el problema de los precios elevados y volátiles de la energía, de modo que se pueda facilitar el acceso a una energía limpia asequible en el nuevo Plan de Acción para una Energía Asequible, así como planes de acción a medida para los sectores de gran consumo energético, como el acero, los metales y los productos químicos, que aun siendo la columna vertebral del sistema europeo de fabricación, son los más vulnerables en esta fase de la transición.

También se pretenden fomentar Asociaciones de Comercio e Inversión Limpias para asegurar el suministro de materias primas, energías limpias, combustibles sostenibles para el transporte y tecnologías limpias. Con ello, se pretende también la reducción de las dependencias excesivas en esta materia. Son imprescindible asociaciones eficaces de comercio e inversión, potenciando la red más rápida de acuerdos comerciales del mundo.

La «Brújula» para recuperar la competitividad y procurar una prosperidad sostenible prioriza «cinco facilitadores horizontales»: simplificación burocrática, reducción de obstáculos al mercado único, ahorro e inversión para financiar la competitividad, empleo de calidad y mejora en la coordinación de las políticas por los Estados miembros.

El primer facilitador es la reducción de la carga normativa y administrativa, simplificando, agilizando y facilitando los procedimientos de acceso a los fondos europeos y a las decisiones administrativas. Como ejemplo, se puede señalar que la

próxima Ley Ómnibus simplificará la presentación de información sobre sostenibilidad (CSRD), diligencia debida (CS3D) y taxonomía. Además, la Brújula aboga por reducir al menos en un 25 % la carga administrativa para las empresas, y al menos en un 35 %, para las pymes.

Se pretende mejorar el mercado único europeo, que ha sido el motor de competitividad de Europa y ha demostrado su eficacia, para lo cual se elaborará una Estrategia Horizontal para el Mercado Único que modernizará el marco de gobernanza, al tiempo que elimina las barreras dentro de la UE y evitará la creación de nuevas barreras.

La Unión Europea apuesta por sus ciudadanos como factor determinante de su competitividad, promoviendo nuevas capacidades profesionales y el empleo de calidad, a través de la Unión de las Capacidades. Esta unión pretende garantizar la creación de nuevas capacidades con visión de futuro, la retención del talento, la atracción e inserción laboral de la inmigración cualificada y la formación para que las personas puedan trabajar en Europa. No se renuncia, por tanto, a un crecimiento integral, un crecimiento competitivo que debe ser éticamente sostenible.

El último facilitador de competitividad sería la mejora en la coordinación de las políticas a nivel nacional. La Comisión prevé crear una Herramienta de Coordinación de la Competitividad que permita identificar proyectos transfronterizos de interés europeo y proseguir las reformas e inversiones conexas para que los mismo sean una realidad. Se prevé la creación de un Fondo de Competitividad, de manera que se faciliten ayudas a la ejecución de los proyectos transfronterizos.

En definitiva, la innovación, la descarbonización y la seguridad son los ámbitos centrales para la impulsar la competitividad europea, siendo facilitadores de dicha competitividad la simplificación burocrática, el fortalecimiento del mercado único, la calidad profesional y la ejecución de proyectos transfronterizos. Todo ello sin renunciar a liderar un modelo económico sostenible.

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Víctor Moralo