Sala de Prensa

11 febrero, 2021

Delfino

“Sí, todo anda muy mal, pero nunca hemos estado mejor” dijo Mario Vargas Llosa al presentar la novela Tiempos Recios en una entrevista en El País de España, y esa frase refleja perfectamente los sucesos que tuvieron lugar en Wall Street en días anteriores por el súbito aumento en el valor de las acciones de GameStop, una pequeña —y casi en quiebra— tienda de venta y compra al detalle de videojuegos.

Wall Street generó el nacimiento de los fondos de inversión libre o fondos de cobertura (hedge funds), fondos de inversión diversificados y con muchos participantes individuales que gozan de poca regulación y apetitos individuales de riesgo. Estos fondos junto con los grandes bancos de Wall Street fabricaron la mayor crisis hipotecaria en la historia de los Estados Unidos en el 2008, y también, por supuesto, han facilitado el acceso a personas “comunes” a los mercados bursátiles antes inaccesibles.

Los pasados 27 y 28 de febrero, las acciones de GameStop multiplicaron su valor primero en un 135%, luego en un 900%, pasando de valer $18 a inicios del 2021 a $347.51 el pasado miércoles, y luego bajar el jueves siguiente a $194. Un desenfrenado evento bursátil digno de una tesis de economía y películas, que tuvo su genésis y desarrollo dentro de redes sociales y aplicaciones de teléfono.

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