Líder Legal publica una entrevista a Cristina Llop, socia de ECIJA.
¿Qué significa para ti haber sido elegida entre las mujeres más influyentes en la abogacía en España por el Economist & Jurist?
Una sorpresa y un orgullo. Hay muchas compañeras que, sin duda, merecerían estar en ese ranking más que yo. La mujer está cada día más presente en puestos de dirección dentro del mundo jurídico y, si bien, soy poco partidaria de listados segregados, lo cierto es que este tipo de iniciativas sirven para visibilizar el avance de la mujer en determinados sectores.
¿Qué iniciativas a favor de la diversidad e inclusión has liderado desde tu posición de socia de ECIJA?
Lo cierto que nuestro despacho está muy concienciado con la igualdad. De hecho, la media de abogadas es superior a la paridad (54,8%) y el incremento de socias en los últimos 5 años ha sido del 66%, pasando de 4 a 12 socias desde 2015. De estas mujeres, tres forman parte del Board of Directors.
Además, ocupo un cargo institucional como Consejera del Consejo General de la Abogacía Española y Vicesecretaria de comunicación del mismo. Para esta institución, la igualdad constituye una de las prioridades, siendo continuas las iniciativas impulsadas desde la misma en esta materia. Sin ir más lejos, el próximo día 5 de marzo entregaremos los I Premios Igualdad Abogacía, coincidiendo con las celebraciones del Día Internacional de la Mujer, con el propósito de reconocer públicamente la labor de quienes, relacionados con el ejercicio de la Abogacía, trabajan para erradicar la discriminación por razón de sexo o género.
¿Cómo hacer una sociedad más inclusiva y justa en términos de equidad, igualdad y diversidad de género?
Nuestra sociedad tiene un problema educacional. Pretendemos imponer paradigmas distintos a los instaurados desde hace años. No obstante, la coerción nunca es la solución, solo la asunción por pleno convencimiento es el camino, y ello solo se consigue con formación y pedagogía.
¿Cómo lograr un sector legal más diverso?
Bastaría con atender a los méritos y capacidades de los profesionales, tanto en su selección como en su promoción, obviando su género de manera que los viejos estereotipos no hicieran prevalecer convicciones ya superadas. Por todos es conocido que existe el prejuicio de pensar que entre trabajo y familia, la mujer siempre antepondrá lo segundo, si bien cada vez las parejas se organizan de manera más ecuánime, compartiendo responsabilidades. Lo que hay que hacer es implementar medidas que faciliten a unos y otras la conciliación laboral con la familiar. La pandemia, además, nos ha demostrado que sistemas que creíamos no implantables, y que servirían a ello, son plenamente efectivos. Por ej. el teletrabajo.
¿Por qué el mundo anglosajón está más avanzado en políticas de diversidad e igualdad que Latinoamérica?
En España, solo a partir de la Ley 3/2007 para la igualdad efectiva de mujeres y hombres fuimos conscientes de la existencia de un problema real de desigualdad y de la necesidad de implantar medidas que le dieran solución. Esta Ley, sin embargo, nada establecía en este segundo sentido que realmente fuera útil a tal fin. La lucha no era nueva, es una reivindicación bien antigua, pero sí que se empezó a percibir a partir de entonces de manera generalizada. En cualquier caso, posiblemente hemos resultado lentos en la toma de conciencia y en la adopción de medidas, y ello haya hecho que el mundo anglosajón nos tome la delantera.
¿Cómo ves el panorama para este 2021 en el área de resolución de disputas y litigios?
La pandemia ha supuesto un cambio en los clientes que reclaman otro tipo de servicios vinculados a las áreas laborales, mercantiles y contencioso administrativos más que a otras. Muchos negocios han pasado de la bonanza a luchar por su supervivencia y eso exige reestructuraciones internas y redefinir sus prioridades a nivel legal.