Sala de Prensa

17 marzo, 2020

Este artículo fue publicado por la Revista Byte.

Teniendo en cuenta el contexto de miedo ante el coronavirus, algunos están tratando de hacer uso de la aprensión colectiva para repartir sus proclamas, aprovechando los reenvíos incontrolados e incontrolables de mensajes a través de redes sociales y sistemas de mensajería instantánea, en especial por WhastApp, que están provocando una autentica pandemia “viral” del miedo.

Aunque la forma de propagación es diversa (texto, memes, vídeos, etc.), están teniendo especial repercusión los mensajes de audio, donde se están mezclando mensajes auténticos (seguro que bienintencionados, pero algunos con información equivocada), con otros que son verdaderos “fake”, pues contienen bulos relatados por supuestos profesionales sanitarios (incluso dan nombres y cargos en hospitales inventados) que contribuyen a aumentar la alarma de la población y que finalizan con alguna indicación (lo que constituye su finalidad) en orden a responsabilizar a alguien de la crisis y a difundir el audio. Así, por ejemplo, se confirmó la falsedad del supuesto audio del científico Rodolfo Llinás, que aconsejaba aguantar la respiración y beber cada 15 minutos para combatir el coronavirus.

En todos estos supuestos se estaría cometiendo un delito de suplantación de identidad tipificado en el artículo 401 del Código Penal.

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Javier López