Pasado, presente y futuro del gobierno corporativo
Artículo escrito por Marina Torres, mánager y Laura Aparicio, senior associate de ECIJA Madrid, publicado en Cinco Días.
Siempre ha girado en torno a la responsabilidad de los directivos, la estructura de los consejos de administración y los derechos de los accionistas
El concepto de gobierno corporativo ha evolucionado a lo largo del tiempo, centrado en la responsabilidad de los directivos, la estructura de los consejos y los derechos de los accionistas. Surgió en Estados Unidos en los siglos XVI y XVII, pero se consolidó después de la II Guerra Mundial, cuando el crecimiento económico permitió la expansión empresarial, con una supervisión mínima del mercado.
En los años 70, el gobierno corporativo comenzó a estructurarse para alinear los intereses de accionistas y gestores, impulsado por la SEC, que buscaba mayor transparencia y la independencia de los consejeros. En los 80, las OPAs permitieron la reestructuración de empresas mal gestionadas, pero la presión de los directivos favoreció un modelo centrado nuevamente en los gestores.
La década de 1990 trajo un enfoque internacional, con el Informe Cadbury en el Reino Unido y los principios de la OCDE, promoviendo códigos de buen gobierno globales. En España, el gobierno corporativo moderno comenzó con el Informe Olivencia (1998), seguido por otros documentos clave.
La crisis financiera de 2008 llevó a una revisión de las prácticas de gobierno corporativo, aumentando la presión para mejorar la transparencia, la rendición de cuentas y la diversidad en los consejos. En la década de 2010, se promovieron medidas para fortalecer la confianza de los accionistas y los mercados.
En España ello ha supuesto varias oleadas de conversión de recomendaciones de buen gobierno en normas de derecho positivo, así como un desarrollo de las directrices aplicables a los consejos en cuanto a sus competencias, composición y funcionamiento y también a sus comisiones, y un notable impulso de la transparencia.
En la actualidad, estamos inmersos en la transformación del gobierno corporativo en gobernanza empresarial o corporativa. Esta no sólo se ocupa del funcionamiento de los órganos de gobierno y las relaciones entre ellos, sino que incorpora la organización y funcionamiento de la dirección, los valores y la cultura empresarial, la gestión de los riesgos financieros y no financieros y todo lo relativo con la sostenibilidad ambiental y social.
Cabe esperar que, en el futuro, se refuerce la conciencia de la transversalidad de estas materias, y con ello, la adopción de las medidas necesarias para que los sistemas de gobernanza funcionen como un todo con la imprescindible coordinación entre sus distintos elementos.