Mauricio París, socio de ECIJA en Costa Rica, ofrece su opinión acerca de las recientes pruebas «FARO» a las que se enfrentaron más de 70.000 jóvenes en el país y en las que el Ministerio de Educación Pública (MEP) preguntó sobre las condiciones de la vivienda en la que los jóvenes residen: si es alquilada, propia, si está pagada o no, sobre sus paredes, techo y piso, si tiene Internet, televisión o empleada doméstica y sobre bienes de la familia: si tienen moto, coche, microondas o agua caliente en toda la casa.
Según París: «Lo único bueno de este caso, sería que a esta generación le quede muy presente en la cabeza lo que pasó y como el país reaccionó, cómo un juez emitió una orden para proteger sus derechos, para que tengan noción de qué es información sensible y cómo manejarla, que entiendan que cuando vos das tus datos a alguien le estás dando poder a esa persona sobre vos. Lo peor sería que normalicemos estas intromisiones a la privacidad».