14 años después, Ecobici continúa como un sistema insuficiente y desigual
Con 557 cicloestaciones instaladas en 5 de las 16 alcaldías que integran Ciudad de México, distribuidas en zonas económicamente acomodadas, Ecobici llega a su 14 aniversario como un sistema insuficiente y desigual.
Artículo publicado en Animal Político
Por: Frida del Mar López Badillo
A pesar de que el sistema de bicicletas públicas Ecobici inició sus operaciones en febrero del 2010, al 21 de noviembre pasado solamente contaba con 557 cicloestaciones instaladas en 5 de las 16 alcaldías que integran la Ciudad de México. Además, estas estaciones se encuentran distribuidas en zonas económicamente acomodadas de la ciudad: 7 en Álvaro Obregón, 176 en Benito Juárez, 25 en Coyoacán, 221 en Cuauhtémoc y 128 en Miguel Hidalgo. Es decir, en su aniversario 14, Ecobici continúa como un sistema insuficiente y desigual.
Obtuve estos datos en noviembre pasado mediante solicitudes de acceso a la información dirigidas a la Dirección Ejecutiva de Regulación de Sistemas de Movilidad Urbana Sustentable y a la Dirección General de Planeación y Políticas, ambas adscritas a la Secretaría de Movilidad de la Ciudad de México. Sin embargo, esta realidad es comprobable para los usuarios cotidianos que tienen -y que se ven forzados- a dejar la bicicleta a medida que se alejan de su centro de trabajo y vuelven a sus casa, maniobrando entre las cada vez más escasas opciones de movilidad a la mano en la periferia.
Un criterio centralista
La distribución de las cicloestaciones de Ecobici se basa en una extensión progresiva a partir del polígono original adoptado en su inicio, que comprendía las colonias Condesa, Hipódromo Condesa, Juárez y Roma Norte de la alcaldía Cuauhtémoc. Si bien era más evidente en 2010, este criterio aun favorece la centralización del sistema en pocas colonias. Por definición, este criterio centralista y subjetivo impide que el resto de la ciudadanía pueda acceder a la infraestructura necesaria para hacer uso de las bicicletas públicas.
Esto tiene implicaciones no solo para los usuarios que ven suspendido el servicio de Ecobici en los límites de la zona centro de la ciudad (y que con ello se privan de un transporte de bajo costo que mantiene su estilo de vida activo y sano), sino también del resto de los habitantes de la ciudad que vemos acumular en el aire más contaminación por la ausencia de opciones no motorizadas y de bajo costo.
Los sistemas de bicicletas públicas automatizadas como Ecobici son considerados como un medio de transporte sustentable, asequible, saludable, y que además no emiten ningún tipo de gas o contaminante, por lo que resultan una excelente opción para mitigar el cambio climático y procurar la calidad del aire en ciudades densamente pobladas como la capital del país.
La Ciudad de México presenta desde hace ya varias décadas un grave problema de contaminación del aire debido al creciente número de automóviles que circulan en esta ciudad y que, en consecuencia, aumentan los niveles de contaminación en el aire y de emisiones de gases que contribuyen al calentamiento global, empeorando primero la situación inmediata de la ciudad y luego la del planeta. Tan solo en los últimos 20 años, el parque vehicular en México ha aumentado en un 248 % y hoy circulan en esta ciudad más de 5 millones de automotores.
Favoreciendo estilos de vida activos
En este contexto resulta urgente ponerle un freno al transporte privado de gasolina a través de todas las vías posibles. Por supuesto, empezando por el transporte público cómodo y eficiente que permita atender las necesidades de movilidad de los sectores más desfavorecidos, pero en lo posible también procurando el uso de las bicicletas y en general el transporte no motorizado, favoreciendo estilos de vida activos: caminar y pedalear con energía del cuerpo, no de combustibles fósiles.
Considerando el reporte diario de los niveles de contaminación del aire, así como las tonalidades grisáceas del cielo de esta ciudad, este tema debería estar en la agenda de las autoridades locales para adoptar e implementar políticas públicas que mejoren las condiciones de movilidad e incentiven a la ciudadanía. Y aunque en los hechos hemos visto avances, lamentablemente son intolerablemente lentos a comparación de las urgentes necesidades.
A pesar de que actualmente la Ciudad de México cuenta con un sistema de transporte público conformado por 12 líneas de metro, 6 líneas de Metrobús, 9 líneas de Trolebús, 2 líneas de Cablebús, el déficit de más y mejor infraestructura menoscaba el goce pleno y efectivo al derecho al medio ambiente sano, que se desprende del derecho a la ciudad, previsto en el artículo 12 de la Constitución Política de la Ciudad de México. En esta reflexión, no es descabellado pensar que las omisiones y deudas del sistema Ecobici apuntan a la inconstitucionalidad, pues impiden el goce de derechos.
La comprensión de esta tutela jurídica de los derechos debe traducirse en exigencia constante a las autoridades competentes para que, en ejercicio de sus facultades, expandan de forma consistente el sistema Ecobici y permitan que los habitantes de todas las alcaldías, en la medida de lo posible, gocen de manera equitativa y proporcional de cicloestaciones e infraestructura ciclista para vivir la bicicleta como un medio de transporte sustentable.