Sala de Prensa

10 febrero, 2021

Reason Why recoge la opinión de Diego de la Vega, manager de IP en ECIJA. 

El Consejo Regulador del Tequila (CRT) ha solicitado a Heineken que respete la Indicación Geográfica Protegida (IGP) Tequila en su marca Desperados. La entidad acusa a la compañía cervecera de hacer “un uso indebido y no autorizado de la palabra Tequila desde varios años, adulterando así la bebida mexicana por excelencia para convertirla en un olor/sabor añadido”.

Tal y como nos explica Diego de la Vega, abogado en ECIJA especializado en propiedad intelectual, el problema reside principalmente en el carácter trasnacional del conflicto. Los acuerdos suscritos entre la Unión Europea y México implican el reconocimiento mutuo, de tal forma que para los productos del país americano que están protegidos, como en este caso los reconocidos con IGP, el órgano regulador en la Unión Europea no es una propiedad de aquí, sino que es directamente el mexicano.

«México, a través de su Consejo Regulador y atendiendo a sus  atribuciones de supervisión, está llamando la atención a la Unión Europea sobre sus labores de control y su obligación de hacer cumplir el acuerdo comercial«, nos comenta Diego. «Pero, por su parte, Brewers of Europe pone en conocimiento de la Unión Europea que quizás haya un exceso de celo por parte de la autoridad mexicana«.

A nivel práctico, la cuestión jurídica es determinar si Desperados utiliza realmente tequila o no. Por tanto, la consecuencia de los procedimientos judiciales emprendidos sería una sentencia en la que un juez podría decidir, tras los peritajes e investigaciones pertinentes, si realmente la sustancia empleada es tequila o no, y si se ajusta o no a las normas del Consejo Regulador.

«Si se considera que no, la consecuencia última podría ser que Heineken tuviera que dejar de comercializar ese producto, por lo menos denominándolo tequila o, si lo quiere hacer, desde luego, variando la composición«, explica el abogado de ECIJA. «En el caso contrario, el organismo mexicano no tendría razón en sus alegaciones y Heineken estaría haciendo bien la composición de su producto«.

La misma situación se daría con los productos españoles o europeos que se exportan a México y que también están listados en el anexo de los acuerdos suscritos. El aguardiente es uno de ellos. Tal y como nos explica Diego, si una empresa mexicana lo comercializara incorrectamente, tanto España como la Unión Europea podría interponer reclamaciones a México, por falta de supervisión y control.

No obstante, a nivel global el conflicto pone de manifiesto que hay una distorsión en la ejecución de los acuerdos comerciales. «El mensaje es aplicable a todo el mundo. Es decir, seamos serios con las denominaciones de origen y con las identificaciones geográficas protegidas porque todos salimos beneficiados«, sentencia el abogado.

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