Sala de Prensa

16 abril, 2021

Entrevista publicada en Legal Today.

Cristina Llop es socia de las áreas Dispute Resolution y Litigation de ECIJA y cuenta con más de quince años de experiencia en el asesoramiento jurídico en dichas áreas de práctica. Expresidenta de CEAJ, consejera del Consejo General de la Abogacía Española y vicesecretaria de comunicacion y marketing del CGAE, ejerce en ECIJA, tras haber dirigido el despacho Llop & Velasco, y forma parte del colectivo Women in a Legal World.

Socia de una firma de gran prestigio como ECIJA, expresidenta del CEAJ, consejera en Abogacía Española, entre otros méritos. Usted conoce muy bien cómo se alcanza el éxito profesional. ¿Ha sido un camino sinuoso?

Compatibilizar el trabajo de despacho con el institucional ha sido y es muy demandante, y te obliga a renunciar a parte de tu vida personal para poder llegar a todo, pero no deja de ser una opción personal que sigo eligiendo cada día, como tantas otras mujeres y hombres. He de reconocer que, particularmente, mi condición de mujer nunca ha sido un hándicap, sobre todo porque mi marido y yo tenemos claro que las responsabilidades familiares son compartidas y nos tenemos que apoyar el uno al otro en nuestras respectivas trayectorias. He tenido además la suerte – que muchas compañeras no han tenido ni tienen -, de encontrarme en el camino con compañeros y compañeras que han valorado mi trabajo sin atender a convencionalismos arcaicos.

Forma parte de la cúpula de distintos órganos de representación. ¿Han notado diferencias a la hora de lograr sus metas usted o sus compañeras por cuestión de género?

Hay un dato que, sin entrar en disquisiciones, resulta incuestionable: somos menos las mujeres ocupando cargos de relevancia en órganos de representación, lo que resulta curioso si tenemos en cuenta que, en las bases, somos mayoría. ¿Cómo lo interpreto? El acceso a estos puestos es, en una primera instancia, una elección personal. Una se tiene que postular para poder resultar elegida. Nuestra minoría en estos puestos quizás responda al hecho de que sigan muy presentes viejas convicciones que nos lleven a las mujeres a sentir que debemos renunciar a optar a estos puestos por ocuparnos de la familia casi en solitario, y a los hombres a priorizar el trabajo en detrimento de la familia. Cada una se siente realizada de diferente forma. Cómo elige cada una destinar su tiempo es muy respetable y todas las opciones son perfectamente válidas. El problema reside en que esa elección se haga en contra de la voluntad real, por asumir funciones de las que no nos corresponde responsabilizarnos en soledad. Nuestra meta es llegar al convencimiento real de que hombre y mujer son complementarios, y solo desde esa perspectiva, decidir el camino que queremos seguir.

Los techos de cristal están para romperlos.

Claro que sí. La igualdad real es posible y debemos seguir trabajando para conseguirla. Todos deberíamos tener las mismas oportunidades de optar por el puesto al que aspiramos y que solo fuera nuestra capacidad y mérito las cualidades que se tuvieran en cuenta para acceder al mismo.

¿Qué le aporta pertenecer a la red Women in a Legal World, asociación para promocionar el talento femenino en el sector legal?

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