Sala de Prensa

15 diciembre, 2023
España

Nota informativa de lo acontecido en la recientemente celebrada COP28

La COP28 de los Emiratos Árabes Unidos, celebrada en Dubái del 30 de noviembre al 12 de diciembre de 2023, ha marcado un momento importante en los debates mundiales sobre el clima. La conferencia ha concluido con la decisión de crear una hoja de ruta para abandonar los combustibles fósiles, algo inédito en la historia de las conferencias de las Naciones Unidas sobre el clima, cuyo objetivo a este respecto es alcanzar la neutralidad en el año 2025. Esta decisión, sin embargo, no llegó a la eliminación completa del petróleo, el carbón y el gas, lo que refleja la complejidad de las negociaciones y las diferentes posturas de los países participantes.

La cumbre concluyó con una serie de resultados notables:

  1. Transición desde los combustibles fósiles: Las naciones se comprometen a reducir la dependencia de los combustibles fósiles, aunque el acuerdo no llega a una eliminación completa. Esta decisión se tomó tras intensas negociaciones y refleja el reto de equilibrar los intereses de los distintos países. El acuerdo sobre el abandono de los combustibles fósiles, aunque no supone una eliminación completa, marca un cambio significativo en el reconocimiento del impacto de los combustibles fósiles en el cambio climático. Esto representa un paso fundamental para alinear las políticas energéticas mundiales con los objetivos climáticos.
  • El acuerdo de la COP28 incluye una referencia importante a la transición hacia el abandono de todos los combustibles fósiles a partir de esta década.
  • El documento subrayaba la necesidad de reducir profunda y rápidamente las emisiones de gases de efecto invernadero para ajustarse al límite de calentamiento de 1,5 °C fijado por el Acuerdo de París.
  • Entre las medidas clave del acuerdo se incluyen triplicar la capacidad mundial de energía renovable, duplicar el ritmo de mejora de la eficiencia energética para 2030, reducir rápidamente el carbón no consumido, limitar la generación de nuevas centrales eléctricas de carbón y realizar la transición hacia sistemas energéticos de emisiones netas cero que utilicen combustibles con cero o bajas emisiones de carbono mucho antes de mediados de siglo.

 

  1. Compromiso con las energías renovables y la eficiencia: Hubo un acuerdo para triplicar la capacidad de energía renovable y duplicar la eficiencia energética para 2030.
  • El compromiso de triplicar la capacidad de energías renovables hasta alcanzar al menos 11.000 GW en 2030 y duplicar la tasa media anual mundial de mejora de la eficiencia energética fue reconocido por varios jefes de Estado y de Gobierno.
  • Este compromiso es crucial para cumplir el objetivo colectivo del Acuerdo de París de limitar el calentamiento a 1,5 °C.
  • La Agencia Internacional de la Energía y la Agencia Internacional de Energías Renovables apoyaron este objetivo, destacando el importante papel de las energías renovables y la eficiencia energética en la consecución del Objetivo de Desarrollo Sostenible ODS 7 de la ONU («energía asequible, fiable, sostenible y moderna para todos»).
  • El compromiso también reconocía la necesidad de una acción política de alto nivel para acelerar la mejora de la eficiencia y ampliar las energías renovables.
  • Un total de 123 países firmaron esta promesa, lo que demuestra un compromiso generalizado con las energías renovables y la eficiencia.

 

  1. Iniciativas financieras: Se han asumido varios compromisos financieros, como la puesta en marcha del Fondo de Pérdidas y Daños para apoyar a los países vulnerables al clima, la reposición del Fondo Verde para el Clima y el aumento de la financiación para proyectos relacionados con el clima por parte del Banco Mundial. Estas medidas son cruciales para ayudar a los países más afectados por el cambio climático.
  • Se han logrado avances significativos en la reforma de la arquitectura financiera internacional para apoyar a los países vulnerables en sus esfuerzos contra el cambio climático.
  • Se ampliaron innovaciones como las Cláusulas de Deuda Resiliente al Clima (CRDC), y 73 países se sumaron a un llamamiento a los donantes para que amplíen el uso de estas cláusulas de aquí a 2025.
  • Estos CRDC permiten poner en pausa el servicio de la deuda durante las catástrofes climáticas, proporcionando espacio fiscal para que los países inviertan en acción climática.
  • Las principales instituciones financieras internacionales y países como el Reino Unido, Francia y el Banco Mundial, entre otros, se comprometieron a ofrecer CRDC en sus préstamos.
  • El Banco Africano de Desarrollo y el Banco Interamericano de Desarrollo han puesto en marcha un mecanismo para canalizar los Derechos Especiales de Giro no utilizados a través de los bancos multilaterales de desarrollo, un paso fundamental para que la financiación de la lucha contra el cambio climático sea más disponible, accesible y asequible.

 

  1. Orientaciones futuras: La próxima ronda de planes nacionales de acción por el clima, o Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional, está prevista para 2025. Se trata de un plazo crítico para que los países mejoren sus acciones y compromisos climáticos. Azerbaiyán y Brasil acogerán la COP29 y la COP30, respectivamente.
  • El balance mundial, realizado en el marco del Acuerdo de París, es un medio fundamental para evaluar la respuesta mundial a la crisis climática.
  • Un nuevo informe de síntesis, que refleja las opiniones de gobiernos y partes interesadas, subraya la necesidad de tomar más medidas para limitar el calentamiento global a 1,5 °C.
  • El informe incluía aportaciones de 24 partes, que representaban a 180 partidos y 44 partes no interesadas.
  • El balance mundial servirá de base para la próxima ronda de planes de acción climática, las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC), previstas para 2025.
  • Este proceso es crucial para mantener el impulso de la acción climática mundial y garantizar que los países estén en vías de cumplir sus compromisos en virtud del Acuerdo de París.

 

A pesar de estos avances, los resultados de la COP28 de EAU han suscitado reacciones encontradas. Representantes de la sociedad civil, activistas por el clima y delegaciones de pequeños Estados insulares en desarrollo expresaron su decepción, aludiendo a la necesidad de acciones y apoyos más significativos. También suscitaron preocupación las lagunas de la resolución que podrían beneficiar a la industria de los combustibles fósiles y la hipocresía percibida de las naciones ricas que amplían las operaciones de combustibles fósiles mientras abogan por transiciones verdes.

Ciertamente, no ha sido un paso de gigante, pero el mero hecho de que se haya celebrado en los Emiratos Árabes Unidos (en el contexto de Oriente Próximo y Medio), y que participasen países como Rusia o China, es un avance significativo al menos en lo referente a la actitud hasta ahora mantenida por estas naciones al respecto. Su predisposición a acudir a este evento muestra una concienciación (o al menos interés), y puede ser el comienzo de un gran cambio a nivel global. Es mejor dar un paso corto, pero cierto, que tratar de hacer una gran zancada, y que a la postre quede en nada.

En conjunto, la COP28 ha supuesto un paso adelante en la acción climática mundial, poniendo de relieve la urgente necesidad de abandonar los combustibles fósiles e invertir en energías renovables y financiación para el clima. Por otro lado, también se puso de manifiesto los retos que siguen planteándose a la hora de lograr el consenso entre las distintas naciones y la necesidad de adoptar medidas más contundentes para abordar la crisis climática con eficacia.

Es esencial mantener el impulso y traducir las promesas en acciones.

De cara al futuro, la colaboración, la innovación y el compromiso sostenido serán cruciales para alcanzar los objetivos climáticos.

Área de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Urbanismo

 

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Víctor Moralo