Sala de Prensa

30 junio, 2022

Pasaporte digital y productos de ecodiseño

Tribuna de Víctor Moralo, socio de ECIJA, para Actualidad Jurídica Aranzadi.

La Unión Europea pretende alcanzar cero emisiones netas de gases de efecto invernadero para el año 2050, pero para ello se necesita abordar el consumo excesivo de productos y la generación excesiva de desperdicios. En la actualidad la mitad de las emisiones totales de gases de efecto invernadero y más del 90% de la pérdida de biodiversidad provienen de la extracción y del procesamiento de recursos. Se espera que el consumo global de materiales, como biomasa, combustibles fósiles, metales y minerales se duplique durante las próximas cuatro décadas, aumentándose la generación anual de residuos hasta un 70% para 2050.

Para contrarrestar esto, Europa debe cambiar de paradigma en su modelo económico, debe pasar de una economía lineal a una economía circular, a productos sostenibles y duraderos, ralentizando el uso de los recursos naturales y de las materias primas en los procesos productivos. Se debe apostar de forma decidida por una economía liberada de la dependencia de la energía y los recursos naturales, en concordancia con lo establecido en el Pacto Verde Europeo. Por ello, desde las instituciones europeas se impulsa la iniciativa de productos sostenibles, que se centra su diseño, por cuanto que éste determina hasta el 80% del impacto ambiental del producto durante su ciclo de vida.

La iniciativa apuesta claramente por la consecución de productos sostenibles y pasa por reconvertir el diseño, la producción, el uso y la venta de productos, basándose en el éxito de las normas de diseño ecológico que han supuesto reducciones notables del consumo de energía y grandes ahorros para los consumidores. Solo en 2021, los requisitos de diseño ecológico vigentes permitieron ahorrar a los consumidores 120 000 millones de euros.

Pues bien, la nueva propuesta de la Unión Europea pasa por ampliar el actual marco de diseño ecológico, ampliando la gama de productos y estableciendo un nuevo marco regulatorio basado en aspectos de sostenibilidad y economía circular. Entre los productos que se encontrarán afectados podemos señalar entre otros, las pantallas electrónicas, aparatos frigoríficos y máquinas con función de venta directa,  fuentes de luz, fuentes de alimentación externa, servidores informáticos y productos de almacenamiento de datos, electrodomésticos de frio, lavavajillas domésticos, lavadoras domésticas y lava-secadoras, motores eléctricos, pantallas electrónicas y televisores, o sistemas de consumo de energía eléctrica en modo de espera y apagado.

Se persigue establecer criterios de diseño que permitan garantizar la durabilidad de los productos, la reutilización, la posibilidad de actualización o reparación, la remanufacturación, el reciclaje de alta calidad, la reducción de la huella de carbono y el impacto ambiental adverso. Según lo últimos estudios analizados, se prevé que la nueva normativa facilite para el año 2030, un ahorro de energía primaria equivalente a las importaciones de gas ruso por parte de la Unión Europea (unos 150 000 millones de metros cúbicos de gas natural). Por tanto, los nuevos criterios de sostenibilidad, producirán una menor dependencia energética y una disminución de la contaminación.

La iniciativa legislativa refuerza también las obligaciones de información, por lo que los consumidores conocerán el impacto medioambiental de sus compras. Todos los productos regulados tendrán pasaporte digital para facilitar su reparación, su reciclado, así como el seguimiento de las sustancias y componentes en toda la cadena de suministro. La idea es que en el mercado europeo se pueda obtener digitalmente información sobre la composición de los productos que se introducen en el mismo para ayudar a aumentar sus posibilidades de ser reutilizados y reciclados. A través del pasaporte digital se podrá identificar la información más importante sobre la composición de cada producto para que los usuarios de la cadena de suministro puedan reutilizarlo o tratarlo correctamente.

En definitiva, el pasaporte digital de productos se erige así en piedra angular de la iniciativa europea por la sostenibilidad, pues evitará que a medida que se producen, compran y venden los bienes, se pierda la información sobre sus componentes, su reparabilidad o reciclabilidad.

Por último, debemos señalar que la nueva normativa europea pretende reforzar el mercado único y evitar que leyes divergentes establezcan requisitos distintos para hacer que los productos sean más duraderos, fiables, reutilizables, actualizables, reparables, más fáciles de reciclar, eficientes en el uso de la energía y los recursos. Pero también, y tal vez sea ello lo más importante, brindará oportunidades económicas desde el punto de vista de la innovación y la creación de empleo, en particular en la reparación, el mantenimiento, la preparación para la reutilización y el reciclado de alta calidad.

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