Sala de Prensa

15 diciembre, 2020

Este artículo fue publicado en Residuos Profesional.

Portugal transpone las Directivas (UE) 2018/849, 2018/850, 2018/851 y 2018/852, adaptando la UNILEX a los nuevos retos de la Economía Circular, donde la prevención, la reutilización y el reciclaje de alta calidad son los auténticos protagonistas.

La semana pasada se ha publicado en el Diario de la República de Portugal Nº 239, el Decreto Ley 102-D/2020, de 10 de diciembre, que aprueba el régimen general de gestión de residuos, el régimen legal para el vertido de residuos y cambia el régimen de gestión para flujos de residuos específicos, transponiendo las Directivas (UE) 2018/849, 2018/850, 2018/851 y 2018 / 852. Efectivamente, la actualización del marco legal de la Unión Europea en materia de residuos, hace necesario revisar el Régimen General de Gestión de Residuos (RGGR), aprobado por Decreto-Ley 178/2006, de 5 de septiembre; el régimen legal del depósito de residuos en vertederos, aprobado por Decreto-Ley 183/2009, de 10 de agosto; así como el régimen gestión de flujos de residuos específicos, aprobado por Decreto Ley 152-D/2017, de 11 de diciembre, también conocido como UNILEX.

Con la nueva norma legal, el país hermano nos adelanta estableciendo un nuevo marco jurídico de gestión de residuos y de economía circular mucho más ambicioso que el nuestro, una nueva hoja de ruta diseñada desde la perspectiva de la gestión sostenible para proteger, preservar y mejorar la calidad del medio ambiente, proteger la salud asegurar el uso prudente, eficiente y racional de los recursos naturales, y reducir la presión sobre la capacidad regenerativa de los ecosistemas. Para ello, se promueven de una forma decidida los principios de la economía circular, se refuerza la eficiencia y el uso de energías renovables con el objetivo de reducir la dependencia energética y la importación de materias primas. Se pretende promover y poner especial énfasis en los enfoques circulares que dan prioridad a productos reutilizables y sistemas sostenibles en lugar de productos de un solo uso, principalmente con el fin de reducir los residuos generados.

El nuevo Decreto Ley integra los nuevos objetivos europeos en materia de preparación para la reutilización y reciclaje de residuos, las nuevas obligaciones en materia de recogida selectiva, con miras a asegurar la recogida selectiva de biorresiduos, residuos peligrosos producidos en los hogares y residuos textiles, así como los nuevos requisitos relativos a responsabilidad ampliada del productor incluidos en las Directivas europeas. Se introducen normas relativas a la prevención de la producción de residuos, con objetivos y metas de prevención tanto para la producción de residuos urbanos como medidas con miras a promover la reutilización. En el ámbito de la prevención, destacan también las medidas para reducir el desperdicio de alimentos en la restauración y en las cadenas de producción y suministro, incluidos industrias agroalimentarias, empresas de catering, supermercados e hipermercados.

Como antecedentes a este tipo de medidas de prevención, reutilización y reducción del desperdicio alimentario podemos citar la ambiciosa Ley 8/2019, de 21 de febrero, de residuos y suelos contaminados de las Islas Baleares, una ley ambiciosa de mejora y protección del medioambiente de unas islas de frágil equilibrio ecológico, donde se ha apostado, al igual que hoy en Portugal y pese a la reacción y oposición activa de algunos sectores económicos a la fijación de objetivos de prevención y  reutilización. Sobre Baleares debemos destacar el reciente Informe de la Consellería Medi Ambient y Territori titulado “Análisis del sistema de gestión de los residuos municipales en las Illes Balears: transitando hacia los objetivos de la ley 8/2019”. En dicho informe se concluye que no se han cumplido los objetivos marcados para el año 2020 y que aún queda mucho camino por recorrer si se quieren alcanzar los nuevos objetivos en materia de residuos, disminuir la generación de residuos municipales, incrementar el índice de recogida selectiva, y de “los envases ligeros del contenedor amarillo, debido a su bajo porcentaje de reciclaje (25%) y su impacto sobre el medio. Hay que establecer sistemas complementarios para aumentar la cantidad y la calidad del material en la recogida”.  

Para hacer frente a estas posibles situaciones deficitarias y poder cumplir los nuevos objetivos y retos exigidos desde la Unión Europea, y al igual que hiciera la Ley de Residuos de las Islas Baleares, el Decreto Ley portugués prevé objetivos de reutilización y sistemas complementarios que permiten implantar medidas de reciclaje de alta calidad. Nos centraremos especialmente en las medidas disruptivas que la norma portuguesa establece para los envases ligeros principalmente, por cuanto que éstos son los más susceptibles de abandono en el medio ambienté.

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